SpaceX alcanzó un nuevo hito con el vuelo de prueba nº 11 del Starship, realizado el 13 de octubre desde la base Starbase, en Texas. La misión confirmó dos avances decisivos: el reencendido exitoso de un motor en pleno vuelo y la recuperación parcial del propulsor Super Heavy tras un amerizaje controlado en el Golfo de México. Ambos logros acercan a la compañía de Elon Musk a su objetivo de crear un sistema de transporte totalmente reutilizable y de bajo costo.
Con 123 metros de altura, el Starship —el cohete más grande del mundo— está compuesto por dos etapas: el Super Heavy, con 33 motores Raptor, y la nave superior Starship, equipada con 6. Durante la misión, la etapa superior completó maniobras atmosféricas y volvió a encender uno de sus motores, demostrando una capacidad clave para futuras misiones lunares y marcianas.
“Recopilar datos sobre el rendimiento del escudo térmico del Starship, ya que era uno de los puntos clave para el éxito de la misión”.
Explicó Elon Musk.
Para ello, la compañía retiró piezas del recubrimiento cerámico, exponiendo la estructura a temperaturas extremas con el fin de perfeccionar su diseño.
El cierre de una fase y el inicio de otra
Este vuelo marcó el cierre de la versión Block 2 del Starship y el inicio del desarrollo de las versiones V3 y V4, que ofrecerán mayor potencia, eficiencia y capacidad operativa.
Según datos del sector, el mercado mundial de lanzadores alcanzó USD 19,3 mil millones en 2024 y podría crecer un 15 % anual hasta 2034. SpaceX, con sus modelos reutilizables Falcon 9, Falcon Heavy y ahora Starship, domina una industria que se expande rápidamente gracias al impulso de la inversión privada y las misiones comerciales.
Un mercado espacial en plena expansión
En marzo de 2025, la NASA incluyó formalmente a Starship en su programa de lanzamientos, dentro del contrato NLS II, permitiéndole competir en futuras misiones junto a sus cohetes anteriores. Esta decisión refuerza la posición de SpaceX como socio clave del programa Artemis, que busca el regreso de astronautas a la Luna.
No obstante, el camino hacia la reutilización total aún presenta desafíos: la certificación de seguridad exigida por la NASA y la FAA, la recuperación completa de ambas etapas, y la evolución hacia una “Future Starship” de 142 metros y 42 motores, que Musk proyecta para 2027.
El vuelo 11 de Starship no solo representa un éxito técnico, sino también un punto de inflexión estratégico. SpaceX consolida su liderazgo global en un mercado cada vez más competitivo, mientras impulsa una visión que podría convertir los viajes interplanetarios en una realidad cada vez más cercana.
Fabricio Rullier

